domingo, 18 de septiembre de 2011

Huevos luqui


Cuando era pequeña odiaba la comida, hasta tal punto que llegar del colegio y ponerme delante del plato era una verdadera tortura, por lo que demoraba el camino de regreso todo lo que podía, y cuando llegaba a la cocina preguntaba con más miedo que hambre ¿qué comemos hoy?. Si mi madre estaba en ese momento te ponía el plato sin contestar cansada de las quejas, pero mi padre siempre nos contestaba LUQUI, entonces empezaba el juego, luqui era la abreviatura de" lo que haya".
estos huevos se convirtieron en la improvisación perfeccta para liberarnos de un plato que nos nos agradaba.  Mi madre peleaba y mi padre revolvía en la despensa y al final comíamos huevos con "luqui había en ese momento" y conseguía que comiesemos con apetito. No siempre, pero en ocasiones como ésta  mi padre  nos hacía felices con un huevo y cualquier cosa.




Huevos luqui
-1 huevo
-aceite de oliva
-chorizo 4 ó 5 rodaja
jamón en tiras una loncha
salchichón en rodajas 4 ó 5
guisantes
un ajo laminado
pimiento verde en tiras
Tomate frito
Vino
Sal
pan

Proceso de creación:


A ser posible se utiliza una cazuela de barro, pero en una sartén también se hace bien.
Poner en primer lugar la cazuela con el aceite, una vez templado añadir el pimiento cortado muy finito, dejar hacer a fuego medio, una vez pochado añadir el ajo y dar unas vueltas, a continuación añadir los guisantes, el chorizo, el jamón y un chorrito de vino blanco, no cocer demasiado, a continuación poner unos 50 g de tomate frito y el huevo crudo, cuando el huevo cuaje – no demasiado, debe quedar la yema blanda- ya está.

Se come con las manos mojando el pan, y está buenísimo

!y a disfrutar!



domingo, 11 de septiembre de 2011

Revuelto de patatas



A pesar de gustarle mucho a mi padre la trama culinaria, había en ella cierta resistencia a complacerlo, pero no cesaba de intentarlo, eso sí, ensayaba cuando creía que nadie lo observaba, el hecho de reconocer que algo no le salía bien era una derrota que no estaba dispuesto a admitir. Se convertía entonces, el elaborar un plato, en una verdadera batalla. Sin embargo hay platos que a pesar de ser muy simples él era capaz de convertir en únicos, por ejemplo “Revuelto de patatas
Aquí el aceite de oliva se hacía aliado y con su particularidad consiguió un sabor especial que siempre recordaremos. Nadie hace el revuelto como lo hacía él, y no dejamos de acordarnos.



Proceso de creación:

  -dos patatas medianas por persona
- dos huevos por persona
-aceite de oliva
 -ajo crudo
-sal
-pan


Una vez peladas se cortan a cascos pequeños, se frien con el fuego lento y en abundante aceite de oliva,
se baten los huevos, en un mortero se maja un ajo grande y se disuelve con una poca de agua, se le añade al huevo. Poner las patatas fritas en el huevo y dejar macerar un rato, luego cuajar el revuelto con aceite rápido y no mucho, el huevo no debe quedar muy hecho.
Un poco de pan, y !a disfrtutar!