lunes, 6 de noviembre de 2017

Membrillos guisados

Creo que la sombra de mi abuela lo protegía, porque esa afición por la cocina lo heredó de ella.Eso, y el dulce, que hasta el final de sus día consumió.
Los guisos dulces y compotas eran algo que se le hacia irresistible. Le gustaba comer solo. Así nadie podía ver como abusaba del azúcar, que por cierto, la tenía prohibida.
Siempre pensó que era mejor vivir de pié que de rodillas. Siempre se resistía a cumplir con las presiones del médico que pensaba de él "es una bomba andando a punto de explotar".
Solía decir que prefería morir antes que privarse de lo que le gustaba, fuese lo que fuese. Evidentemente aquí cuento sobre el ámbito culinario. El era mucho más que un insumiso en el placer gastronómico. Nos enseñó su arte de la guerra...entre fogones



Proceso de elaboración

Ingredientes
4 membrillos
150 gramos de azúcar
1 barra de canela
250 ml de agua
Proceso de creación
Preparamos un bol con agua y una cucharada grande de zumo de limón.Vamos pelando los membrillos y troceándolos y los vamos reservando en el bol con agua y limón para que no se oxiden.
Cuando estén todos cortados, los escurrimos y los ponemos en una olla con el azúcar, la canela y el agua. Lo cocemos hasta que el membrillo esté tierno, aproximadamente durante 45 minutos, removiendo de vez en cuando para que no se pegue y cuidando de que no se queden sin agua.Cuando estén tiernos, retiramos del fuego y dejamos enfriar antes de servir.
 Si añadimos un clavo de olor a la cocción, conseguiremos un sabor muy especial para nuestro guiso, mi padre lo utilizaba, pero es un aroma muy particular, además de opcional. A veces también se puede cocinar junto con una batata. La mezcla es muy agradable
¡A disfrutar!